Después de probar otros limpiacristales siempre vuelvo a comprar el Cristasol Limpiacristales 500 ml de toda la vida. Es el limpiacristales que mejor me deja los cristales de las ventanas. Es sencillamente de diez. Con Cristasol limpio cristales de ventanas, espejos, el cristal de la mesa del comedor y hasta lo tengo utilizado para limpiar los azulejos.
Este limpiacristales es un clásico que no defrauda. Ya lo utilizaba mi abuela. Mi madre siguió comprándolo. Y ahora somos las nietas las que seguimos metiendo en la cesta de la compra el famoso Cristasol. Es muy fácil de encontrar. Lo venden en todos los supermercados y grandes superficies. Lo siguen comercializando en el mismo envase azul que cierra con un tapón de plástico del mismo color. En la etiqueta negra viene el nombre del producto en letras amarillas. Casi deberían modernizar un poco el envase. Cansa echar mano al mismo envase durante décadas y décadas. Supongo que mantienen el diseño del envase para hacernos comprender a los compradores que estamos llevando para casa el mismo Cristasol que compraban nuestras madres y abuelas.
Os lo recomiendo. Me costó la última botella que compré 1,10 euros. Lo compré con oferta. Te ahorras unos céntimos de supermercado a supermercado mirando precios. El libro de Cristasol me salió a 2,20 euros. No me sale muy barato porque uso mucho. Enseguida termino la botella cuando estoy en casa porque soy una maniática de la limpieza. No hace falta echar mucha cantidad para limpiar cada cristal, por supuesto, pero servidora echa en abundancia. No echo más porque el Cristasol tiene un olorcillo que se hace notar. Enseguida sabes cuando te estás pasando con las cantidades que pones en cada ventana para dejarla limpias como las patenas.
Mi madre lo mezclaba con agua. Es más tacaña que yo. No os recomiendo hacerlo. El cristasol mezclado con agua no es lo mismo. La que piense que ahorra se está engañando.
Este limpiacristales es un clásico que no defrauda. Ya lo utilizaba mi abuela. Mi madre siguió comprándolo. Y ahora somos las nietas las que seguimos metiendo en la cesta de la compra el famoso Cristasol. Es muy fácil de encontrar. Lo venden en todos los supermercados y grandes superficies. Lo siguen comercializando en el mismo envase azul que cierra con un tapón de plástico del mismo color. En la etiqueta negra viene el nombre del producto en letras amarillas. Casi deberían modernizar un poco el envase. Cansa echar mano al mismo envase durante décadas y décadas. Supongo que mantienen el diseño del envase para hacernos comprender a los compradores que estamos llevando para casa el mismo Cristasol que compraban nuestras madres y abuelas.
Os lo recomiendo. Me costó la última botella que compré 1,10 euros. Lo compré con oferta. Te ahorras unos céntimos de supermercado a supermercado mirando precios. El libro de Cristasol me salió a 2,20 euros. No me sale muy barato porque uso mucho. Enseguida termino la botella cuando estoy en casa porque soy una maniática de la limpieza. No hace falta echar mucha cantidad para limpiar cada cristal, por supuesto, pero servidora echa en abundancia. No echo más porque el Cristasol tiene un olorcillo que se hace notar. Enseguida sabes cuando te estás pasando con las cantidades que pones en cada ventana para dejarla limpias como las patenas.
Mi madre lo mezclaba con agua. Es más tacaña que yo. No os recomiendo hacerlo. El cristasol mezclado con agua no es lo mismo. La que piense que ahorra se está engañando.
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Este año nos fuimos el 16 de marzo a la Festa do Ourizo en San Ciprián, Cervo, Lugo. Mi marido fue porque le encantan los erizos. Yo fui por acompañarlo y por la música que había en vivo y en directo hasta altas horas de la noche. diariodeunamissculta.blogspot.com |
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