Las listas de contratación temporal de la Xunta de Galicia son una salida laboral para muchas mujeres y hombres que están sin empleo. Te apuntas del 1 de marzo al 30 de abril y esperas a que te llamen cuando haya concluido el procedimiento de inclusión en listas.
Mayoritariamente somos las mujeres las que nos apuntamos, sobre todo las que tenemos difícil empleabilidad. Cuando aumentan las cargas familiares y va pasando la juventud es difícil encontrar trabajo en el sector privado.
El sector público, en cambio, no mira la edad, no pregunta si tienes hijos o si tienes padres, le da igual que tengas pareja o que no la tengas y tampoco valora que tengas coche propio. Solo te piden que cumplas un horario de trabajo. Te pagan lo establecido legalmente, los complementos que han pactado con los sindicatos, te abonan la seguridad social, respetan tus vacaciones,...
En el caso de las listas de contratación temporal de la Xunta de Galicia vas a cubrir esas vacaciones de las compañeras y compañeros y también cubrirás las bajas mientras esperas que te toque la lotería de una vacante, es decir, de una plaza que ha quedado libre por jubilación.
Las plazas no vacantes son de más fácil acceso. Son esas plazas que hay que cubrir por vacaciones o baja de una titular. Pero a veces no son tan fáciles de conseguir. Puede que estés en la lista desesperada, mirando cuántos tienes delante, viendo como estabas en el número 22 para ser llamada y has subido al número 25, desesperarte aún más cuando al día siguiente encuentras tu nombre en el número 30...
No te llaman. Y necesitas el contrato porque pasan los días y si no trabajas no cobras. Te alegras de no haber gastado casi nada el mes anterior porque ya sabías tú que esto te iba a pasar al no tener enchufe. Y miras nombres. Y ves que están trabajando los de fuera del ámbito de Coruña y comarca en los puestos de trabajo que te corresponderían a ti por proximidad.
Esto es lo que más llama la atención en las listas de la Xunta: ¿Por qué una persona residente en un municipio da Costa da Morte está trabajando en el ámbito de Coruña habiendo personas de Coruña que están sin contrato?. ¿Por qué vienen a trabajar a Coruña personas residentes en Ferrol cuando en Coruña residen personas que están esperando contrato en las listas?. ¿Por qué personas del ámbito de Carballo están casi siempre contratadas mientras hay personas del ámbito de Coruña que pasan más tiempo sin contrato que contratadas?
Más preguntas podríamos hacernos. Y las voy a hacer desde el conocimiento de causa. He estado en centros de la Xunta para trabajar, ver y observar con el afán de justicia que siempre me ha caracterizado. He visto esas amistades entre compañer@s con grupo de WhatsApp al que nadie me invitó nunca. Debía ser que yo no venía con el enchufe correspondiente y no les encajaba en el grupito de los elegidos.
Estas elegidas y elegidos, si no tenían vacante, estaban cubriendo bajas muy prolongadas en el tiempo. No cubrían vacaciones como era mi caso. Ellas estaban meses cubriendo la baja de compañeras que habían tenido la suerte de estar de baja. Sabían que las bajas iban para largo.
No les faltaba trabajo. Las escuché discutir sobre si era mejor estar con contratos o tener vacante. Una compañera opinaba que era mejor estar con contratos porque al año "pasabas a la nevera", es decir, ibas cuatro meses para el paro cobrando hasta que te volvieran a llamar. Otras compañeras suspiraban por una vacante, porque preferían no estar pendientes del móvil cuando terminaban un contrato. Una se quejó de perder alguna llamada de la Xunta para el nuevo contrato. Era mejor tener vacante... o eso parecía.
Yo, que no tenía enchufe, viví situaciones que ellas no vivían. Mi primer contrato era para cubrir una cadena de vacaciones en la Residencia asistida para mayores de la Xunta en Oleiros. Supuestamente "se rompió" la cadena de vacaciones porque una compañera cogió una baja y tuve que dejar mi trabajo. Pasé otra vez para la lista.
En menos de una semana me volvieron a llamar. Esta vez querían que cubriera una baja en el CAPD de Coruña. Debería ilusionarme porque las bajas duraban varios meses, pero mi sexto sentido me decía que el contrato iba a ser corto. Así fue. Había firmado un contrato que terminó tras un fin de semana trabajado con horario de mañana de 7,45 a 3,15. El lunes libraba. El martes apareció la compañera titular de la plaza con la alta médica. Me pidió la escoba y se la di sin problema alguno. Todo esto delante del gobernante, que se excusó porque la administración no me había avisado de que la compañera ya estaba bien de salud y volvía a su trabajo.
Volví para las listas a esperar llamada. ¿Tendría suerte? Pues sí. En una semana me volvieron a llamar de la Xunta para que regresara a trabajar al Centro de Atención a Personas Dependientes de A Coruña (CAPD). Iba a cubrir unas vacaciones.
Pasé veinte días cubriendo esas vacaciones. Horario de mañana. Horario de tarde. El tren de fregado, los suelos, los baños, los pasillos, doblar ropa, colocar ropa, llevar el carro con las bandejas a enfermería, ir a buscarlo, subir comidas a la segunda planta, ir a buscar el carro, servir comidas en el comedor... Trabajé dejándome la piel, sin mirar el reloj para marchar y mirándolo para entrar. No falté ningún día. Incluso hice tareas fuera de mi horario laboral como llevar a enfermería aquella manzanilla que me pidieron por teléfono cuando mi compañera en el comedor ya se había ido para su casa. Eran las diez pasadas de la noche y yo estaba subiendo una manzanilla a la primera planta. No puse peros, ni disculpas y podía haberlo hecho porque esa manzanilla supuso que perdiera el bus y acabará pagando un taxi de mi bolsillo para llegar a mi casa.
Repito: no tengo enchufe. Tal vez por eso lleve semanas esperando llamada de la Xunta para firmar otro contrato. Primero llamarán a los enchufados. Serán las enchufadas y los enchufados quienes elijan los mejores trabajos. Dejarán para mí lo peor. Pero mucho tardan. Parece que, al meter en el ámbito de Coruña a gente que vive fuera de Coruña y comarca, los de aquí no tenemos trabajo. Ni siquiera nos dejan los peores trabajos. Solo nos queda el derecho al pataleo.
Por eso tengo que decirlo, contarlo, denunciarlo. Por eso escribo este artículo para publicar en la Red de Redes, donde siempre soy voz a mis denuncias, donde siempre encuentro alguna web que acepta el contenido que le ofrezco de manera gratuita.
Hay que contarlo. Hay que decirlo. Las listas de contratación de la Xunta de Galicia no están funcionando de manera correcta. Cuando dicen que la gente no quiere trabajar, yo les pregunto qué gente no quiere trabajar. Yo estoy esperando llamada para decir sí al trabajo que me ofrezcan, sin importarme horarios, lo que dure el contrato o el trabajo que tenga que hacer.
Tal vez cuando comentan en los espacios de reunión de las trabajadoras y trabajadores a la hora del café que la gente no quiere trabajar, habría que decir que los enchufados que tienen en las listas no quieren trabajar y rechazan puestos. Habría que decir que solo están llamando al grupito de enchufados y enchufadas.
Se necesita claridad en las Listas de contratación temporal de la Xunta. No está claro el orden en la lista con igual puntuación. Personas que tienen mayor titulación y un Celga 4 están por detrás de personas que tienen solo un Celga2 y menos titulación y cursos.
Deán también prioridad a la proximidad del centro de trabajo al domicilio a la hora de contratar a la gente con igual puntuación en las listas. En una sociedad cada día más preocupada por la contaminación, la selección de personal por listas implica que haya muchas personas que estén haciendo largos viajes contaminantes en sus vehículos particulares. Lo lógico sería que trabajáramos en los centros de la Xunta que nos queden más próximos a nuestros domicilios. ---------------
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